Muchas veces hemos escuchado que el simple hecho de tener el parabrisas estrellado es una bomba de tiempo, una situación que puede poner en grave peligro a los ocupantes de un auto, y que es muy importante que siempre se encuentre en buen estado.
De hecho en países como los Estados Unidos, una simple magulladura o golpe que estrelle el cristal es motivo suficiente como para llamar al seguro y que el parabrisas sea reemplazado de manera inmediata y gratuita, pues es muy importante que se encuentre al 100 para evitar problemas.
Debemos tomar en cuenta que así como la pintura es la piel de nuestro auto y lo defiende del exterior y los cambios climáticos, el parabrisas es básicamente los ojos de nuestro auto y es que el 90% de la información que recibimos cuando conducimos nos llega mirando a través del parabrisas, por lo que es crucial llevarlo limpio y en buen estado.
Además es importante porque aporta hasta el 30% de la resistencia estructural de un vehículo y juega un importante papel en el coeficiente de penetración aerodinámica de un automóvil.
Por ello parece complicado que se rompa a bajas velocidades o detenido, pero su naturaleza lo hace soportar presiones de más de dos toneladas provocadas por el viento que llega de frente cuando se circula a más de 100 kilómetros por hora, pero apenas aguantar una presión de 20 kilos de peso si está detenido.
En la actualidad su función no es solo la de detener el viento y permitir al conductor ver lo que pasa afuera e incluso respirar libremente, sino que con la tecnología también sirve de alojamiento a diversos sensores e incluso las cámaras de los sistemas ADAS –Sistema Avanzado de Asistencia a la Conducción–.
Estos sistemas de ayuda a la conducción engloban, por ejemplo, la advertencia de cambio involuntario de carril o de frenada automática de emergencia.
Por ello, cuando se sustituye el parabrisas hay que desmontar las cámaras y sensores ADAS del cristal roto y montarlos en el nuevo. Una vez instalados han de ser recalibrados para asegurar que funcionan con la máxima precisión y mandan la información correcta a los sistemas de seguridad del vehículo.
Otros sistemas que también están en el parabrisas con los sensores de luz y lluvia para el funcionamiento automático de las luces y los limpiaparabrisas y el Head Up Display. Este sistema proyecta información básica del coche sobre el parabrisas para que podamos consultarla sin retirar la vista de la carretera.
Filtra más del 90% de los rayos UV para proteger los ojos y la piel de los ocupantes de las plazas delanteras. Además algunos también incluyen protección térmica al incorporar una lámina transparente de óxidos metálicos en su interior. Esta lámina refleja la radiación infrarroja y traslada menos calor al habitáculo, permitiendo un menor uso del aire acondicionado.
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